jueves, 7 de febrero de 2013
Hola mamá.
Hola mamá, estoy muerto, lo sé. Pero me siento bien. Estoy aquí tal como tu dijiste con todos mis amigos.
Pero no veo por ningún lado las nubes de algodón ni toda esa gente de blanco.
Bueno, ...recuerdo que antes de morir estaba sobre esa camilla en el centro de salud. Recuerdo también el sonido de una puerta de un coche al cerrarse y una fuerte arrancada, seguido de un olor muy fuerte a goma quemada.
Creo que eran unos enfermeros los que gritaban y me colocaban encima de la camilla...
Esos sí que iban de blanco.
"Otra sobredosis..." me pareció entender que decía uno de ellos.
Tubos, vías... solución salina. Dexedrina. Y ahí fue cuando abrí los ojos de golpe, me hubiera incorporado de un salto pero las correas me lo impidieron.
"Estoy muerto" - dije - "Sí y yo soy San Pedro" - dijo el enfermero que estaba de guardia.
Me jodieron el viaje.
Y con estos recortes, me da miedo morirme. Me da la impresión de que al final del túnel, al salir hacia la luz, habrá un pepero esperándome para cobrar el peaje del viaje de transición.
Y digo "un pepero", no por ideología política, sino porque estoy seguro de que si existe un Dios y un Demonio, en las puertas del Infierno, ¿quien sino iba a estar para cobrar la entrada?
La cuestión es cobrar.
Porque al cielo no pienso ir. Ahí solo hay curas, monjas y recién nacidos.
Y eso no es bueno, nada bueno.
Otro día os cuento como morí. Pero hoy no. Ideas inconexas.
Piedra Papel Mechero.
Y otro....
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